Una pasión que nos une
Jair, un chico de 17 años que está cursando la preparatoria tiene una pasión por el fútbol. Le gusta estar en casa y causa pocos problemas. Al inicio no le encantaba salir a las áreas comunes para evitar caer en situaciones que se pudieran malinterpretar, pero con el tiempo encontró amigos que comparten su pasión y empezaron a verse para jugar por las tardes.
Resultó que este grupo de amigos tenía mucho en común. Jugaban hasta cansarse y se mantenían fuera de la mira de los problemas, hasta que una tarde un balón pasó muy cerca de unos niños más pequeños y el papá de los pequeños insistió que había sido a propósito.
Jair y sus amigos se disculparon, pero otro día pasó un balón muy cerca de unos vecinos que habían salido a correr cerca de la cancha, también se molestaron y culparon a los jóvenes. Finalmente, se fue el balón a otro terreno donde el guardia de seguridad no les permitió la entrada y perdieron su balón, ya que el guardia no les creía que querían saltarse la barda por una pelota.?
Con esto Jair decidió acercarse a Convivencia. Sabía que tenía que haber alguien que le pudiera ayudar a recuperar la calma en la cancha y sus tardes fuera de problemas. En su preocupación pregunta Jair; “¿Se puede cercar la cancha para evitar este tipo de inconvenientes? ya que perdemos balones y no queremos lastimar a nadie, somos chavos que solamente queremos jugar y pasar tiempo haciendo deporte”.?
Dándonos cuenta que cercar las canchas era una mejora importante para toda la comunidad, se le comentó que Convivencia gestiona y busca alianzas con empresas socialmente responsables que contribuyan al mejoramiento de espacios y que, en colaboración con los interesados, se pueda trabajar en equipo para así poder alcanzar grandes logros para las comunidades.
En conjunto con Entorno que Dignifica, se hizo la lista de requisitos. El más complicado: se necesitaba un equipo de fútbol oficial de la comunidad. Jair salió a buscar más chavos que como ellos tenían en común querer hacer deporte y hacerlo sin causar problemas, sin embargo, no estaba seguro dónde encontrarlos.
Convivencia le ayudó generando la convocatoria a los demás grupos vecinales y Jair se encargó de liderar la formación del equipo. Apenas dos semanas después de su petición, Jair emocionado platicaba lo mucho que le gusta su responsabilidad de llevar la lista de asistencia y evidencia fotográfica, así como juntar a sus amigos y salir a jugar lunes, miércoles y viernes. Ahora Jair sabe que es capaz de mucho más que solo salir a patear un balón.
Abriendo sus alas para volar
Juanita es una de las mujeres que desde sus inicios ha formado parte del...
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