Yuli siempre ha sido una mujer llena de vida y con una gran pasión por aprender cosas nuevas. Así que cuando se enteró de que había talleres disponibles en Convivencia, no dudó en inscribirse.

Primero tomó el taller de agroindustrias, pero siempre le había llamado la atención el mundo de la herrería. Así que cuando se enteró de que podía inscribirse en ese taller también, no lo pensó dos veces.

Su familia al principio se sorprendió de su decisión, ya que muchas personas piensan que la herrería es un trabajo exclusivo para hombres, pero Yuli no se dejó desanimar por esos comentarios y siguió adelante con su sueño de aprender algo nuevo. Con una sonrisa en el rostro y una alegría que no podía contener, comenzó su aventura en el taller de herrería.

Cuando comenzó a tomar clases, Yuli se dio cuenta de que no solo era un trabajo para hombres, sino que también podía ser una forma de ayudar a su familia y de demostrar que todo es posible con dedicación y amor por lo que haces. Cada pieza que hacía le llenaba el corazón de alegría y satisfacción, no podía esperar a ver a dónde la llevaría esta nueva pasión.

Un año después, Yuli sigue aprendiendo y disfrutando de su nueva pasión, y también ha concluido su maestría. Con una sonrisa siempre presente en su rostro y una alegría contagiosa, sigue adelante con determinación y ganas de seguir aprendiendo y creciendo.

¡Su amor por la vida y por aprender cosas nuevas la ha llevado muy lejos!